La idea es que, en esta nave, que permanecerá anclada a 12 millas de la costa de San Francisco, en aguas internacionales, ofrezca a las pequeñas nuevas empresas tecnológicas la posibilidad de crecer sin estar sujetas a impuestos fiscales propio de ninguna nación, según recoge Mashable.
No es la primera iniciativa del excéntrico multimillonario para garantizar la libertad fiscal de las nuevas empresas, ya que Thiel también ha prometido 1,25 millones de dólares al Instituto Seasteading para crear refugios fiscales para las start-ups en unas islas despobladas cerca de la costa estadounidense.
A pesar de lo curiosa que la iniciativa pueda parecer, lo cierto es que ya está recibiendo apoyos, al menos, según afirma la propia Blueseed que ha publicado en su página los datos obtenidos a través de una encuesta, y según los cuales, 133 start-ups internacionales tienen interés en participar en este proyecto.
Entre ellas destacan las estadounidenses, el 21,9%, pero también tienen relevancia las indias (10,3%), las australianas (5,5%), las británicas y las canadienses (4,8%). Por su parte, el 4,1% de las empresas interesadas en “enrolarse” son españolas.
Por el momento es sólo un proyecto, aunque los diseños ya están disponibles. Tal vez para tratar de convencer a los futuros moradores, el barco se presenta como una urbanización de lujo: con Wi-Fi de alta velocidad en todo el barco, cafeterías 24 horas, gimnasio, conserjería y servicios médicos y de correos. Y tan sólo a media hora de Silicon Valley en helicóptero, poco más en barco de transporte. Vamos, una ganga.
Visto en www.elboletin.com
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