La e-administración es una realidad, a medias. Según el Ranking de Desarrollo de e-Gobierno del mundo establecido por la ONU, entre 2009 y 2012 España ha perdido 14 puestos. Si bien se han introducido mejoras que aceleran los procesos administrativos, lo cierto es que, tal y como se destaca desde Polymita, líder mundial en Gestión por Procesos (Business Process Management - BPM), los niveles de eficiencia y eficacia de la administración pública electrónica de España tienen que mejorar.
La crisis económica ha hecho que la inversión en TIC por parte de la administración pública se haya visto reducida. Según Polymita, esta es una dirección totalmente equivocada, puesto que la inversión en TIC es un tipo de inversión cuyo retorno puede conseguirse en menos de tres meses. Es clave que las Administraciones confíen en las empresas privadas para mejorar su eficiencia y eficacia.
Además, la real aplicación de las TIC en los procesos administrativos conlleva una serie de ventajas que van más allá de la simple agilización de los procesos e incide de forma directa en el ahorro de costes y el aumento de la productividad, ¿No es esto algo totalmente deseable en la situación en la que nos encontramos?
A través de la tecnología, puede conseguirse la monitorización, control y automatización de los procesos administrativos, lo que implica una clara mejora en el servicio dado por la administración pública. Al fin y al cabo, el servicio público es eso, un servicio al ciudadano y como tal debe garantizar la máxima eficiencia y efectividad. Por eso, es vital la aplicación de la tecnología en los procesos, si realmente se quiere llegar a alcanzar un estado completo de e-Gobierno. Entre los procesos que se pueden optimizar y simplificar gracias a la tecnologías de la información, encontramos los referidos a los arbitrajes, autorizaciones, certificaciones, Consulta de expedientes, Contratación Pública, Convenios, Expropiaciones, Presentación de Documentación, Recursos Administrativos, Sanciones, Subvenciones y Sugerencias o Quejas y Reclamaciones, entre otros.
La AEC (Asociación de empresas de consultoría), hace un llamamiento a las Administraciones Públicas mediante el que reclama una colaboración público-privada, clave en el desarrollo y el crecimiento de una administración electrónica. Así, la asociación destaca que las organizaciones públicas deben dar mayor entrada a mecanismos de colaboración que favorezcan la entrada de nuevas fuentes de financiación para la prestación de servicios a menor coste. Asimismo, se detalla cómo es de un gran interés para el buen desarrollo de la e-administración, adoptar modelos tecnológicos basados en cloud computing y al mismo tiempo, que ciertas actividades no esenciales y procesos no críticos, se presten a través de la externalización selectiva.
Así, la automatización de procesos a través de plataformas de BPM, garantizan una serie de ventajas que pueden ser básicas a la hora de plantear una correcta aplicación de las TIC en las administraciones públicas. Por citar algunos datos, tenemos que permite mejorar hasta en un 110% la eficiencia global y disminuir hasta en un 30% el tiempo de gestión. En definitiva, el alcance de la aplicación de la tecnología en los servicios públicos es de una importancia clave, puesto que puede transformar una administración lenta y burocrática, en una moderna, flexible, fiable, en la que el ahorro de costes y la atención eficaz al ciudadano sean los pilares.
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