De momento, solo los usuarios residentes en San Francisco, EE.UU., pueden utilizar esta aplicación. En los detalles de búsqueda existen diferentes parámetros para seleccionar, pudiendo especificar el tipo de motor, el sistema de transmisión, el color o el equipamiento, entre otras opciones. Además, indica el número de vehículos encontrados y muestra un buen número de imágenes de cada vehículo, además de todos los detalles técnicos.
Google actúa de intermediario entre el comprador-vendedor a cambio de una comisión que cobra al concesionario tras efectuarse la venta. Otra fuente de financiación con la aplicación es a través de la búsqueda esponsorizada que pueden realizar los concesionarios para obtener mayor visibilidad.
El listado de los coches de Google Cars son exclusivamente nuevos. La búsqueda se ajusta a los parámetros determinados, que indican el número de vehículos, así como el concesionario más cercano para realizar la compra. Google Cars ofrece tres formas de contactar con el distribuidor en el caso de estar interesado en uno de los modelos: el usuario puede llamar, solicitar la llamada del concesionario o contactar a través del correo electrónico.
Con Google Cars la multinacional pretende competir con las comparativas de anuncios de coches más potentes del planeta. Con menos de un mes de vida, todavía es pronto para sacar conclusiones sobre el éxito de la aplicación, aunque podría convertirse en una opción más para estimular un sector del automóvil estancado por la crisis.
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