El Gobierno prohíbe que las compras lleguen a casa y exige a los usuarios que presenten una declaración jurada y abonen una tasa del 50% al recoger el producto en la oficina postal A partir de ahora los argentinos lo tendrán algo más difícil para dejarse llevar por las ofertas con las que cada día tiendas como Amazon o eBay bombardean internet. Cristina Fernández continúa avanzando en su controvertida estrategia que recurre al proteccionismo para salvaguardar la maltrecha economía argentina. Con objeto de frenar la caída de las reservas internacionales del país en moneda extranjera, el Ejecutivo de la Casa Rosada ha fijado ahora los focos sobre las compras electrónicas que, desde ayer, soportan unas restricciones inéditas hasta el momento.
Aquellos que adquieran un artículo en una tienda online con sede en el extranjero deberán presentar una declaración jurada y afrontar una tasa impositiva del 50% si la operación excede de los 25 dólares, 18 euros al cambio. Las reservas en divisas extranjeras se desplomaron un 30% en 2013, lo que ha motivado la intensificación de la política restrictiva iniciada al comienzo de la legislatura. Los fondos procedentes de moneda extranjera se han situado por debajo de los 30.000 millones de dólares, unos 22.000 millones de euros, el nivel más bajo desde 2006.
Conscientes de que portales como Amazon o Ebay constituyen buena parte de la sangría de capitales, que el pasado año ascendió a 12.000 millones de dólares, 8.800 millones de euros, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ha anunciado una normativa que busca llevar un registro más preciso de los bienes importados.
Las fórmulas
Aunque Argentina ya tenía un limitado sistema de importaciones, los compradores online habían encontrado fórmulas para burlar los controles. El envío a domicilio desde webs de origen chino era una de las prácticas más habituales. Para evitar estas artimañas, desde ahora los argentinos estarán obligados a recoger su pedido en una oficina postal (no llegará a las casas de los compradores), no sin antes presentar una declaración jurada y abonar las tasas correspondientes.
Desde que Cristina Fernández fuera reelegida en 2011, se han redoblado los esfuerzos para retener la fuga de divisas. El endurecimiento de la vigilancia sobre operaciones internacionales ha generado un intenso debate entre las clases medias, que han visto limitada su capacidad para viajar al extranjero o realizar compras en el exterior. Entre las últimas medidas se encuentra la aplicación de un 35% de recargo a cualquier transacción con tarjeta de crédito realizada fuera del país andino. El Ejecutivo justifica su política como solución al endeudamiento, que obliga a pagar a sus acreedores con las reservas del erario público.
Amazon, que aún no tiene sede en Argentina, hacía entregas en el país sudamericano desde hace años. La compañía, una de las primeras en dedicarse al comercio electrónico, y creadora de la familia kindle, una serie de dispositivos lectores de libros electrónicos, ha diversificado su oferta comercializando música, software, electrónica, ropa muebles y hasta productos de alimentación. Recientemente ha sido criticada por poner en práctica fórmulas que le permite tributar menos en aquellos países donde sí tiene sede, como España.
Visto en www.abc.es
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